El complemento por energía reactiva se trata de un recargo o descuento porcentual aplicado en la totalidad de la facturación básica y en función del consumo de energía reactiva. Sin embargo, son muchos quienes a veces se preguntan: ¿por qué energía reactiva?

En este caso, este tipo de energía aparece en las instalaciones eléctricas siempre que utilizamos aparatos que necesitan de la capacidad para crear campos magnéticos y eléctricos para su correcto funcionamiento a través de bobinas y condensadores. Por ejemplo, los transformadores o los motores de un frigorífico serían un ejemplo recurrente.

La energía reactiva cuenta con una desventaja, y es que resulta molesta para la correcta distribución del suministro eléctrico, ya que favorece las pérdidas de las redes eléctricas. A partir de esta realidad nacen los diferentes recargos por los excesos de consumo en este tipo de energía, concretamente el llamado complemento por energía reactiva. A su vez, este tipo de energía también supone una bajada de potencia en la instalación, por lo que incita a contar con una potencia contratada mucho mayor.

¿Se puede eliminar el coste por energía reactiva?

En caso de querer evitar pagar el complemento por energía reactiva, la opción más popular consiste en compensar este tipo de energía gracias a la instalación de una batería de condensadores. En cualquier caso, si te decides a apostar por esta opción, es imprescindible que sea un técnico especializado quien corra a cargo con la instalación a fin de recuperar la inversión, proceso lento por otra parte.