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Aunque no es algo que suceda con frecuencia, como se ha demostrado recientemente, es algo que puede suceder y para lo que debemos estar preparados si se vuelve a repetir. El pasado 28 de marzo, la desconexión total del suministro eléctrico nos pilló por sorpresa. Un fenómeno que se conoce como cero energético. A continuación, trataremos de explicar todo lo que debes saber acerca de ello.
Es el momento en el que se produce un corte de suministro, debido a un colapso total de forma repentina del suministro eléctrico en una o varias subestaciones dejando sin suministro eléctrico a toda una región. Esto implica un fallo tanto en la producción como en la distribución de la misma, que afecta no solo a una zona específica, sino que implica una falla a nivel general en una zona.
¿Qué provoca un cero energético?
Son muchas las causas que pueden dar lugar a este acontecimiento, y su reparación requiere de un proceso complejo de coordinación de diferentes agentes, así como el uso de respaldo como redes interconectadas y generadores. Estas son algunas de las causas más habituales.
Fallos en la red eléctrica. Estos apagones generalizados pueden tener su origen en problemas tanto en subestaciones como líneas de alta tensión e incluso en las propias centrales eléctricas.
La climatología extrema es otro de los factores a considerar, la acción de extremo calor, las tormentas o la presencia de nieve, provocan averías en las infraestructuras.
Desequilibrio entre producción y consumo, una demanda superior a la producción o viceversa, puede provocar la desconexión del sistema como medida de autoprotección.
Errores humanos o ciberataques, la acción del hombre ya sea premeditada o no puede provocar la interrupción del suministro.
Consecuencias de un cero energético
La falta de suministro eléctrico tiene serias consecuencias tanto de forma inmediata como a largo plazo, estas afectan a todos los sectores tanto de la vida cotidiana como a los servicios básicos, comercio o sistemas de transporte. Estas son algunas de las más relevantes.
- Servicios esenciales, en este apartado se encuentran hospitales, telecomunicaciones, suministros de agua y gas, entre otros, así como los sistemas de transporte.
- Transporte, afectando a los sistemas de regulación del tráfico como semáforos, peajes, centros de control como estaciones de tren o aeropuertos. Así como en los suministros de carburante en gasolineras, provocando el caos.
- Comercio, con importantes pérdidas en el género refrigerado, así como la imposibilidad de algunos para llevar a cabo su actividad como en el caso de la restauración. Así como la imposibilidad de realizar el cobro y transacciones económicas.
- Seguridad, el caos generado por esta situación provoca dificultades a la hora de acceder a la información, comunicación y asistencia en el caso de emergencia.
- Problemas de salud, al no poder refrigerar de forma correcta los alimentos. Al mismo tiempo que dejan de funcionar los equipos de soporte médicos.
¿Cómo se puede restablecer la electricidad?
El procedimiento de recuperación del sistema energético se conoce como arranque en negro, comienza con la reactivación de las centrales de producción eléctrica y a partir de ahí se comienza a reconectar progresivamente la red. De manera que el restablecimiento, para evitar nuevos fallos, se hace de forma escalonada. Hasta que el suministro queda restituido en todos los lugares afectados
¿Se puede prevenir un cero energético?
Aunque, como se ha demostrado, no se puede prevenir el apagón total, si se puede optar por aplicar medidas para reducir el riesgo y mitigar sus efectos. El proceso en el que se debe reforzar las infraestructuras, así cómo realizar un mantenimiento adecuado. Al mismo tiempo que se diversifica las fuentes de energía. Aunque es vital en estas ocasiones estar preparados para afrontar la situación y en caso de emergencia ofrecer una rápida respuesta.
¿Se puede producir en España un cero energético?
Como ya hemos podido comprobar recientemente, este fenómeno puede producirse en España en cualquier momento. El incidente sucedido el pasado abril ha puesto en el punto de mira a la industria de la energía, que ha previsto un mayor control de la situación y está en alerta para evitar que se pueda producir de nuevo. Aunque no es algo descartable.
