Contenido
No todos los usuarios disponen del lugar apropiado para la instalación de sistemas de generación y almacenamiento de energías renovables. Para aquellos que quieren aprovechar las ventajas de este tipo de energía existen otras alternativas como las comunidades energéticas. A continuación, te contamos todo lo que debes saber acerca de ellas.
Existe la posibilidad de producir nuestra propia energía solar incluso si no hemos instalado placas solares en nuestro tejado, ni cerca de nuestra casa. Para ello solo tenemos que formar parte de una comunidad energética. Estas están formadas por autoridades locales, Pymes o ciudadanos de pie, y se rigen como entidades jurídicas. Lo que les permite compartir, almacenar y consumir la energía que producen. De manera que todos sus miembros obtienen una serie de beneficios.
Y a diferencia del consumo colectivo, estas pueden realizar otro tipo de actividades, como la rehabilitación de edificios, la movilidad eléctrica o prestar servicios de eficiencia energética, esto es posible al disponer de personalidad jurídica.

Tipos de comunidades energéticas
No hay que confundir las comunidades energéticas con el autoconsumo colectivo, mientras que en este caso varios usuarios cercanos aprovechan la producción de una instalación. Las comunidades energéticas son entidades jurídicas que ordenan a sus integrantes, rigiendo su uso, además de promover actividades con fines comunitarios. Existen varios tipos de comunidades energéticas:
- Las CER (comunidades de energías renovables) enfocadas a la producción y consumo de energías renovables, entre las que se incluyen la energía solar y la eólica.
- Las CCE (comunidades de ciudadanos de energía) en la que además se incluyen la participación ciudadana y la gestión de la energía.
- Las comunidades vecinales, que como su nombre indica se crean a partir de los vecinos que integran un edificio o varios bloques.
- Las comunidades municipales, promovidas por las localidades y municipios.
- O las comunidades industriales, que agrupa a varias empresas que se unen para la gestión de la energía.
¿Cuáles son los beneficios de las comunidades energéticas?
Al igual que sucede con las instalaciones de energías renovables individuales, estas ofrecen una serie de beneficios a los miembros de la comunidad, tanto a cada uno de sus miembros, como a la comunidad y a la sociedad en general. Entre los que se encuentran los siguientes:
Uno de los principales beneficios a nivel general es el ambiental, gracias a la creación de estas comunidades se reduce el consumo de combustibles fósiles, lo que repercute directamente en una menor emisión de gases contaminantes a la atmósfera. Así como representa un aumento del uso de las energías renovables.
En términos económicos, la comunidad disfruta de precios más estables, así como una reducción del importe de la factura de la luz. Lo que genera un ahorro, ya que los miembros de la comunidad pueden invertir en otras actividades reactivando la economía local.
Al mismo tiempo que este tipo de entidad tiene un impacto positivo en la sociedad. Además de fomentar la transición energética, también hace lo propio con la participación ciudadana. Otro de los beneficios para la comunidad es la creación de empleo local.
Ejemplos de comunidades energéticas en España
En España existen algunos ejemplos de comunidades energéticas formadas por entidades y personas, entre las que destacan por ejemplo la comunidad de Crevillent (Alicante), una de las primeras, la cual genera, almacena y se abastece de energía solar y baterías. Otros ejemplos son Vilawatt (Viladecans), la cual basa la colaboración ciudadana en un proyecto en el que integran la energía solar con la una moneda local. O un proyecto pionero como el TEK Athletic (Bilbao), en el que particulares y empresas, se benefician de la energía producida por el estadio de fútbol
Estos son algunos ejemplos, aunque también podemos encontrar otros ejemplos a más escala como son los parques eólicos, las plantas fotovoltaicas, así como el autoconsumo colectivo con la instalación de placas solares para el abastecimiento de varios edificios. Estas comunidades también pueden formarse en torno al uso de sistemas de almacenamiento de energía, compartiendo las baterías que proporcionan energía incluso de noche. De forma que la comunidad puede establecer las normas por las que se rige, optimizando el uso de la energía y la optimización de los recursos.