¿Cuáles son los costes regulados, o fijos, de la energía?

A menudo buscamos formas de ahorrar en la factura de la luz. Solemos contratar la potencia que necesitamos, comprar electrodomésticos eficientes, montar en casa bombillas LED e incluso buscar la tarifa más barata que nos permita bajar aún más esta factura. Sin embargo, llega un momento en el que es ya muy complicado, o casi imposible, seguir bajando más el precio de nuestra factura. Esto se debe, principalmente, a los costes fijos que tiene nuestra factura de la luz, unos costes que, por más que lo intentemos, no podremos bajar.

Los costes fijos, o regulados, de la energía son una serie de impuestos que debemos pagar, sí o sí, en nuestra factura de la luz. Dentro de estos costes podemos encontrar impuestos del estado, peajes y tasas que son obligatorias para el 100% de los usuarios. Incluso ni no gastamos ni un solo kW al mes (por ejemplo, si no vivimos en la casa) tendremos que pagar igualmente estos gastos.

Los costes regulados de la energía suponen entre el 55% y el 60% del valor total de esta.

Estos costes regulados son idénticos para todos los usuarios que tengan un contrato de luz. Como su nombre indican, están establecidos y controlados por el estado y, aunque cambiemos de tarifa o de compañía, tendremos que pagarlos igualmente.

¿Cuáles son los costes regulados de la factura de la luz?

Aunque hay una gran cantidad de tasas e impuestos que se incluyen dentro de nuestra factura de la luz y que, poco a poco, va subiendo el valor total de esta, los más habituales que podemos encontrar son:

  • Potencia contratada: es el precio que pagamos por la potencia que contratamos y que, por lo tanto, podemos usar (independientemente de si la usamos o no). Cuanto mayor sea esta potencia, más pagaremos.
  • Peaje de acceso: una cantidad fija que debemos pagar en función del consumo de energía.
  • Alquiler de equipos: básicamente estamos pagando una cantidad fija al mes por el alquiler del contador eléctrico. Este es el único coste fijo que nos podemos ahorrar si en lugar de alquilar el contador lo compramos nosotros.
  • Incentivos de energías renovables: si la energía que consumimos es renovable, tenemos derecho a un precio algo más bajo por kWh que si no lo es. Por lo tanto, si no usamos electricidad 100% verde estaremos pagando este impuesto.
  • Retribuciones a la Red Eléctrica de España y al OMIE: tenemos que financiar también la actividad del operador del sistema (es decir, REE) y del operador de mercado (OMIE) para que se mantenga la infraestructura y el mercado de la luz siga funcionando. El 50% lo pagamos los usuarios, y el otro 50% lo pagan las productoras.
  • Otros: otros costes que se pueden considerar fijos. Uno de ellos es, por ejemplo, el déficit de tarifa, ya que hace años las compañías eléctricas nos vendieron luz por debajo de su coste y ahora tenemos que pagar por ello.

Además de los anteriores costes regulados, también debemos tener en cuenta los impuestos:

  • IVA: como en la mayoría de los productos de consumo, tendremos que pagar el 21% sobre el conjunto de la factura, incluyendo el impuesto de la electricidad.
  • Impuesto eléctrico: es un impuesto creado con el fin de garantizar el uso responsable de la energía. Entra dentro de lo que se conoce como “impuestos especiales”, igual que el alcohol y el tabaco. En teoría este impuesto estaba destinado a cubrir costes de la minería de carbón, aunque en realidad no está nada clara su finalidad. Aquí también podemos incluir la “tasa municipal”, un impuesto que se queda en nuestro municipio.

¿Qué es el “Bono social” y por qué estoy pagando por él?

Además de los costes anteriores en la factura de la luz, podemos destacar otro más: el Bono Social. Este bono está regulado por el Gobierno y su principal finalidad es proteger a los hogares en situación de vulnerabilidad para que puedan tener acceso a la red eléctrica.

Para poder optar a este bono social debemos tener una tarifa regulada (PVPC) y una potencia igual, o inferior, a 10 kW en el domicilio. Y, además, cumplir una de las siguientes condiciones:

  • Renta igual, o inferior, al IPREM.
  • Ser pensionistas con la pensión mínima.
  • Familia numerosa.

Las personas que cumplan estas condiciones tendrán derecho a un descuento del 25% sobre la factura de la luz. Además, si están en una situación de extrema vulnerabilidad, el descuento podrá ser de hasta el 40% en función de lo baja que sea la renta de la familia, el pensionista o la familia numerosa.

Es probable que en nuestra factura de la luz hayamos visto reflejado un concepto denominado como “Bono Social”. Incluso si tenemos la luz contratada con una compañía del mercado libre. ¿Por qué? Hay un decreto-ley que obliga a todos los usuarios de la red eléctrica a sufragar este bono social. Por lo tanto, todas las comercializadoras, incluso las que están en el mercado libre, tienen que cobrar a sus clientes una cantidad fija al mes, como si fuera el alquiler del contador, para poder financiar este bono.

El real decreto obliga a las comercializadoras a indicar dicho coste en la factura de la luz y, por lo tanto, así lo veremos reflejado. De esta manera, gracias a todos, podremos ayudar a que aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad puedan seguir pagando sus facturas de la luz y no sean desconectados por parte de las distribuidoras.

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