El calor residual es el calor sobrante que genera una máquina o un electrodoméstico cuando se encuentran en pleno funcionamiento. Uno de los ejemplos más claros es el de la cocina vitrocerámica que retiene el calor durante varios minutos después de haberse apagado. La gran ventaja del calor residual es que se puede aprovechar generando más ahorro y una mayor eficiencia.

¿Cómo se aprovecha el calor residual?

La búsqueda del ahorro y el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero han llevado a la realización de proyectos destinados a aprovechar el calor residual en las industrias.

A nivel doméstico se puede aprovechar este calor con electrodomésticos como el horno utilizándolos para descongelar algunos alimentos o para mantener calientes los platos cocinados.

En el sector de la industria se han desarrollado proyectos basados en la creación de aplicaciones que aprovechan el calor residual a gran escala como el que se produce en las centrales térmicas.

Por otro lado, se han encontrado sistemas que son capaces de aprovechar el calor residual que retienen los tubos de escape de los vehículos a motor o el que transmiten los motores diésel. El objetivo es generar energías como la eléctrica mediante el aprovechamiento de este calor.