La energía limpia es aquella que se genera utilizando unos sistemas de producción en los que quedan excluidas cualquier tipo de contaminación. Además, se cuida especialmente que en los procesos de generación de este tipo de energía no se emitan gases de efecto invernadero que son especialmente nocivos para la conservación de la capa de ozono.

Actualmente, las energías limpias se encuentran en pleno desarrollo debido a la concienciación ambiental que se ha generado. Además, el estado de crisis al que están llegando las energías renovables, entre las que se encuentran el gas y el petróleo, han puesto el foco en las energías limpias, entre las que destaca la energía fotovoltaica, que, en este caso, aprovecha la energía del sol para producir electricidad.

¿Cuántas energías limpias hay?

Actualmente, es posible encontrar hasta seis tipos de energías limpias a las que hoy en día recurren muchos particulares y empresas. La energía solar es la más reconocida y tiene dos vertientes, una de ellas es la térmica que usa la energía del sol para calentar agua y otra la fotovoltaica que recurre a la aportación de la energía solar para producir electricidad.

Otro tipo es la energía eólica que convierte la energía cinética del viento en electricidad. En este caso también aparecen dos vertientes, una de ellas es la eólica terrestre que usa las corrientes de aire que circulan por la tierra y la otra la marina que usa la fuerza del viento que se genera en alta mar.

Por su parte, la energía geotérmica usa la energía calorífica que se encuentra en el interior de la tierra, mientras que la energía hidroeléctrica recurre a la energía del movimiento de las grandes reservas de agua como los embalses y los ríos.

Las dos últimas modalidades son la energía del mar que aprovecha la subida y la bajada de las mareas y la biomasa que usa materiales orgánicos y naturales, entre ellos se encuentran la madera, el petróleo o el estiércol.