El metanol es la forma más básica del alcohol, y también es conocido como alcohol de madera. A temperatura ambiente, resulta un líquido ligero de baja densidad tan inflamable e incoloro como también tóxico, motivo por el que su uso ha despertado más de una crítica. De esta forma, el metanol es utilizado a menudo como anticongelante, combustible y disolvente.

El uso del metanol se remonta al mismo tiempo del Antiguo Egipto, momento en que era usual utilizarlo en procesos de embalsamiento para los faraones, si bien su obtención a partir de la destilación de madera llegaría en 1661 a manos del químico Robert Boyle.

A nivel químico, su fórmula de carácter químico molecular es CH40, mientras que su fórmula más desarrollada es CH3OH.

Usos del metanol

Especialmente durante los últimos años se han confirmado numerosos usos para el metanol: desde combustible hasta resina natural, pasando por colorantes, fabricación de plástico o disolvente.

A su vez, también tiene un claro protagonismo en el mundo del automovilismo, ya que es recurrente como carburante y anticongelante. Este uso alcanzó su máximo auge tras la crisis del petróleo de los años 70, ya que resultaba una alternativa idónea dado su bajo costo.