Una tarifa plana es aquel precio fijo ofrecido por una compañía a fin de consumir un servicio de forma ilimitada y en cualquier momento. La tarifa plana es un concepto generalmente aplicado al mundo de las tecnologías y telecomunicaciones, especialmente Internet, televisión o telefonía.
Ejemplo de Tarifa plana
Por ejemplo, un proveedor de servicio de Internet puede ofrecer un acceso a Internet por un precio concreto a pagar mensualmente, permitiendo al cliente navegar por la red cuantas veces quiera y en cualquier momento. Esto es algo que también podemos aplicar al número de llamadas ilimitadas incluidas en una tarifa mensual fija ofrecida por una compañía u operadora. En algunos casos, la tarifa plana es también aplicable a la factura de electricidad.
¿Cuál es el opuesto de la tarifa plana?
El opuesto de tarifa plana sería la conocida como tarifa fija, la cual supone pagar por el servicio contratado en función del uso. Es decir, en el caso de la factura eléctrica, podemos pagar una tarifa plana (cantidad fija sin importar el consumo realizado) o tarifa fija (pagar por cada kWh consumido mensualmente).
¿Quién tiene derecho a tarifa plana?
Para contratar la tarifa plana hay que contactar con la compañía correspondiente que estudiará la situación del cliente y buscará una cuota personalizada acorde a su consumo. Normalmente, la compañía analiza el consumo del año anterior y realiza una estimación del consumo que se tendrá al año siguiente.
El resultado de este estudio llevará a fijar un precio mensual de luz que se mantiene inalterado durante un año. Posteriormente, ese precio se aplica una vez que el cliente decida aceptar la oferta de la compañía. La importancia de este proceso radica en que el consumidor debe tener la seguridad de que esa estimación se ha efectuado correctamente.
¿Cuál es la diferencia entre la tarifa fija y la tarifa plana?
El consumo de electricidad es indispensable para cualquier persona o entidad, por eso es importante conocer las tarifas de luz y sus diferencias. La tarifa fija y la tarifa plana comparten la similitud de que el consumidor abona un precio fijo mensual, pero en el caso de la tarifa plana hay un consumo establecido que no debe sobrepasarse y que es revisado cada año.
Si se da el caso de que el consumidor consume más de lo establecido, deberá abonar el sobrecoste, pero si su consumo es inferior, se le devolverá la parte correspondiente o se aplicará una compensación. Por otro lado, en la tarifa plana destaca el hecho de que debe ser contratada por un año y al acceder a ella el consumidor sabe con seguridad el gasto que tiene que asumir sin preocuparse de las fluctuaciones de precios. Aunque siempre debe tener cierto control sobre su consumo.
Finalmente, hay que tener en cuenta que cuando se tiene una tarifa plana no es posible beneficiarse de los tramos horarios. Además, pueden darse casos en los que se termine abonando una cuota más alta que la correspondiente a las tarifas que ofrece el mercado libre.