Ahorrar energía gracias a las casas pasivas

Cada vez está más claro que el futuro pasa por reducir los consumos de energía. Necesitamos recortar en todo lo que signifique perjudicial para el planeta. Los expertos nos advierten, el cambio climático está más cerca de lo que parece. Debemos encontrar una manera de vivir que sea lo menos invasiva posible y, para ello, debemos empezar por nuestra vivienda. Por esto, en los años 90 se empezaron a diseñar las llamadas casas pasivas, y gracias a ellas tendremos la clave que nos ayudará a ahorrar energía. Te explicamos su funcionamiento y por qué son el futuro.

¿Qué es una casa pasiva?

Pasamos la mayoría del tiempo dentro de casa por lo que nuestras viviendas suponen un papel muy importante en nuestra salud y en el medio ambiente. Las casas pasivas están diseñadas para ser cómodas y a la vez necesitar muy poco en cuanto a gastos de mantenimiento. En 1996, el Passivhaus Institute en Darmstadt, Alemania, sentó las bases para la construcción de edificios capaces de conservar el confort necesario y un precio razonable, a la vez que consumen la menor cantidad de energía posible.

Estas construcciones se caracterizan por tener espacios abiertos con los que dejar pasar la luz del día, por lo que la luz no será necesaria hasta la noche. Además, al ser tan abiertas ayudan a mantener la temperatura perfecta.

Las casas pasivas están diseñadas para necesitar la menor cantidad de energía posible.
Las casas pasivas están diseñadas para necesitar la menor cantidad de energía posible. | Unsplash

Los 5 principios de las casas pasivas

Cuando el Passivhaus Institute en Darmstadt sentó las bases de construcción para casas pasivas, lo hizo sobre cinco principios que son:

Aislamiento

Esta característica es fundamental si queremos reducir nuestros recibos de la luz. En este tipo de construcciones, no solo se aisla el tejado y las paredes, sino que además también el suelo y la losa inferior. Todo esto busca evitar que el calor salga o entre en el domicilio.

El aislamiento es imprescindible para impedir que escape el calor.
El aislamiento es imprescindible para impedir que escape el calor. | Unsplash

Ausencia de puentes térmicos

El calor tiende a escapar a los lugares más fríos, por lo que en invierno, intentará salir del domicilio por los lugares más "débiles". Esto provocará que haya puntos fríos dentro de nuestro hogar que necesiten más energía para calentar. Aunque parezcan elementos inofensivos, las esquinas o juntas que no estén bien selladas pueden suponer un escape de energía. Por esto es preferible que el espacio sea lo más diáfano posible.

Las esquinas pueden suponer vías de escape para el calor.
Las esquinas pueden suponer vías de escape para el calor. | Unslplash

Orientación optimizada combinado con puertas y ventanas de altas prestaciones

La mezcla de estos dos elementos ayudarán a que el calor se mantenga dentro de la vivienda y no escape. Se recomienda disponer de ventanas con triple aislamiento, ya que estas, entre cada vidrio, disponen de un gas inerte que expulsa el calor hacia el exterior. La orientación provocará que la casa tenga una calefacción "pasiva" gracias a las horas de sol a las que está expuesta.

La orientación es fundamental para aprovechar el sol.
La orientación es fundamental para aprovechar el sol. | Unsplash

Estanqueidad del aire

Las casas pasivas están diseñadas para minimizar los escapes de energía en su aislamiento. Es por eso que cualquier vía de escape, ya sea: ventanas, grifos, desagües... están sellados a conciencia para evitar perder energía. Además, evita la condensación y la posible aparición de moho, que puede llegar a ser perjudicial para la salud. El aire se mantiene siempre limpio y renovado.

Algo tan simple como un grifo puede suponer un escape de energía.
Algo tan simple como un grifo puede suponer un escape de energía. | Unsplash

Ventilación mecánica

Muchos de los elementos que tenemos en casa, como pueden ser electrodomésticos, generan un calor que podemos aprovechar. Para ello, podemos utilizar ventiladores especiales de recuperación del calor. Estos dispositivos nos proveen de aire filtrado, limpio y fresco o incluso expulsarlo fuera si este no es de buena calidad.

¿Cuánto podemos ahorrar con una casa pasiva?

Si comparamos el consumo entre una casa convencional frente a una casa pasiva podremos ver claramente el ahorro. El consumo de una casa pasiva es de 15 kWh por metro cuadrado, mientras que una casa de nueva construcción requerirá 150 kWh por metro cuadrado y una casa sin mantenimiento puede llegar a los 300 kWh.

Aunque en un principio puede resultar hasta un 15% más cara que una casa convencional, las casas pasivas son rentables a largo plazo gracias al tan bajo coste de mantenimiento que requiere. Además, gracias a su poco gasto energético y la inteligente reutilización del aire, pondremos nuestro granito de arena para salvar el medio ambiente.

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