El movimiento Zero Waste

En anteriores entradas de este blog os hemos hablado de la importancia de utilizar energía generada a partir de fuentes renovables y limpias, o ese futuro sostenible al que nos vemos abocados por la escasez de recursos del planeta y que nos obliga a adoptar la llamada economía circular. Pues bien, si todo lo anterior es importante, también lo es que vayamos conociendo un movimiento social que ha venido sumando nuevos fieles en los últimos años y que se ha dado en llamar como "Zero Waste", o "Cero Residuos". ¿Sabes qué es y cómo puede afectar (para bien) su adopción en la salud del planeta?

Cero residuos, ¿cómo es posible?

Se trata de un movimiento que empezó a crecer socialmente en algunos puntos de la geografía de los EE.UU., cuando algunas comunidades decidieron adoptar medidas excepcionales para reducir la presencia de residuos dañinos para el medio ambiente. En aquel instante, fueron conscientes de la enorme cantidad de basura que generaban y que en la mayoría de los casos, podía reducirse drásticamente adoptando una serie de hábitos (saludables para el planeta) de consumo.

Únete al movimiento \"Zero Waste\".
Únete al movimiento "Zero Waste". | Unsplash

De todas formas, como en todos los cambios sociales, el ámbito de influencia debe repartirse entre tres grandes colectivos que, si no actúan de forma coordinada, puede dar al traste con cualquier intento de afianzar esa filosofía Zero Waste. Se trata de comenzar por uno mismo, siendo conscientes de la cantidad de residuos que generamos a diario y en lo que supone un cambio personal; otro aspecto es el social, que atañe a nuestras costumbres cuando salimos de casa y vamos al trabajo o la escuela; y, por último, una esfera estructural que debe apoyarse desde las instituciones públicas y administrativas incentivando su adopción y, por supuesto, regulando la forma en la que se van a comercializar todos los productos de consumo.

¿Cómo podemos aplicar el "Zero Waste" diariamente?

El primer paso que debemos dar es el de ser conscientes de la manera en la que compramos, cómo están envasados todos esos productos que adquirimos, si utilizan bolsas o recipientes de plástico y si tenemos la posibilidad de llevarlos a casa recogidos dentro de otro tipo de productos menos dañinos. Es el caso de bienes de consumo como las frutas, los huevos, el pan, las legumbres, inclusos los lácteos, las bebidas, accesorios de higiene, etc. ¿Podemos evitar llevarnos a casa todo el plástico que invade los lineales de los supermercados?

Envases de viderio para evitar los de plástico.
Envases de vidrio para evitar los de plástico. | Unsplash

Los envases reutilizables son un buen recurso para llevar y traer lo que compramos pero, por desgracia, este método no podemos utilizarlo en muchos de los productos que adquirimos en las grandes superficies. El único comercio que nos permitiría obrar de esta manera se encuentra al lado de casa, en la acera de enfrente donde hemos estado comprando toda la vida en pequeñas cantidades (¿no recordáis aquellos viejos sacos de garbanzos y judías en los ultramarinos donde compraban nuestros padres?).

Esa es la principal solución por la que abogan estos colectivos del movimiento "Zero Waste": la compra de cercanía, donde podemos elegir casi siempre la forma en la que nos vamos a llevar lo que compramos a casa, con bolsas de papel o en recipientes que podemos llevar nosotros mismos y que se surten, en su mayoría, de productos que han sido transportados desde pocos kilómetros de distancia, por lo que no necesitan de grandes recorridos ni aviones que suelen provocar un enorme impacto medioambiental.

Cambia tus hábitos de consumo

Un ejemplo de ese cambio en la forma de consumir está en la búsqueda de productos específicamente desarrollados para no generar residuos, como afeitadoras sin elementos de plástico, cepillos de dientes construidos con materiales naturales, como el bambú, o la vuelta al uso de la tela en prendas y accesorios de nuestra higiene.

Utensilios sin plásticos.
Utensilios sin plásticos. | Unsplash

Tal es la implicación de algunos colectivos que no se conforman con cambiar sus hábitos de consumo y llevarse a casa solo aquellos productos que nos van a generar residuos, que llegan al extremo de fabricarse los suyos propios, autoabastecerse, sobre todo en aquellos casos de productos de primera necesidad que tienen que ver con nuestra higiene y alimentación, y cuyas alternativas comerciales son un problema para el medio ambiente: desodorantes, pasta de dientes, champús, jabones, pero también la creación de huertos para obtener verduras o frutas que luego vamos a destinar a nuestro consumo.

Pero el ciclo de la economía "Zero Waste" no se detiene solo en la forma en la que consumimos y cómo lo hacemos, siendo conscientes de esos residuos que podemos provocar, sino también en el proceso de eliminación de los pocos que generamos. Para ello, existen alternativas que permiten el compostaje en casa de este tipo de materias para su posterior utilización, por ejemplo, en explotaciones agrícolas donde pueden aplicarse como abono, favoreciendo un impacto positivo en el medio ambiente, que es de lo que se trata. Este es un paso muy complejo de dar pero que, llegado el caso, puede convertir tu compromiso "Zero Waste" en todo un ejemplo para los que te rodean.

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