Una caldera es un recipiente metálico el cual se utiliza para la producción de vapor o para calentar agua a través de un uso del calor sometido a una temperatura superior a la ambiente y con una presión mayor que la atmosférica.

Especialmente útil durante los meses más fríos del invierno, una caldera supone uno de los elementos imprescindible en cualquier sistema de calefacción que funcione a partir de un circuito cerrado donde el agua se disperse a fin de irradiar la temperatura deseada en diferentes espacios de una casa o edificio.

Tipos de calderas

A continuación, te comentamos los diferentes tipos de caldera que encontrarás en el mercado:

  • Calderas estancas: Son aquellas calderas de gas consideradas como una de las más vendidas, ya que gracias a una cámara de combustión permite aislar de forma hermética cualquier ambiente extrayendo el propio oxígeno que necesita del exterior.
  • Calderas de condensación: Son aquellas calderas capaces de reutilizar la energía que produce el vapor de agua, algo que permite conseguir una mayor eficiencia en el consumo de este combustible. De un rendimiento superior, estas calderas permiten reducir considerablemente el consumo de gas.
  • Calderas con emisión baja de NOx: Estas calderas son concebidas como mejores aliadas para reducir las emisiones de nitrógeno en cualquier ambiente, ya que este es perjudicial para la salud además de fomentar la contaminación. A pesar de sus ambiciosas prestaciones, la producción de este tipo de caldera se paralizó en 2016.
  • Calderas atmosféricas: Consideradas como una de la calderas más antiguas de todas, es el tipo de artefacto que solo puede utilizar aquel aire disponible en la cámara.