El contador de energía reactiva es un dispositivo encargado de medir o determinar la energía reactiva que se ha consumido en un generador eléctrico. Se trata de un aparato muy importante para determinar el funcionamiento de las instalaciones que producen energía, ya que logra cuantificar o detectar la cantidad de energía reactiva presente en las mismas.

¿Cómo se mide la energía reactiva?

La medición de la energía reactiva se realiza mediante dispositivos como los contadores de energía reactiva, que miden el flujo de corriente alterna en circuitos eléctricos. Estos contadores detectan el desfase entre la corriente y la tensión, lo que indica la presencia de energía reactiva, la cual, aunque no realiza trabajo directo, es fundamental para el funcionamiento de los sistemas eléctricos.

¿Por qué es importante medir la energía reactiva con contador eléctrico?

Pese a que la energía reactiva no se utilice para el desarrollo de la generación eléctrica o calórica en una instalación, su presencia es necesaria para que la máquina funcione de manera adecuada. Por ello, también adquiere relevancia aquí el contador de energía reactiva, que podrá mostrar y hallar la cantidad de este tipo de potencia en una instalación determinada.

Cabe recordar que la energía reactiva puede aparecer en la factura de la luz porque ha tenido que ser generada y transportada por la compañía eléctrica, aunque luego no se aproveche en su destino final. O, lo que es lo mismo, aunque no se transforme en la máquina, esa energía se ha tenido que producir, ocasionando un gasto en su generación.

¿Qué significa la energía reactiva en la factura de la luz?

La energía reactiva aparece en la factura de la luz porque las compañías eléctricas deben generar y transportar esta energía, aunque no se utilice para realizar trabajo útil en los dispositivos. Este consumo de energía reactiva puede incrementar el coste final de la factura, especialmente si no se gestiona adecuadamente. Dependiendo de la tarifa que tengas contratada, como una tarifa variable o fija, el impacto de este coste puede ser mayor o menor.

Por ejemplo, una tarifa variable podría ajustarse mejor a tus necesidades de consumo, lo que podría reducir el coste relacionado con la energía reactiva.