Un contador eléctrico es un dispositivo concebido para medir la energía eléctrica de un determinado circuito o servicio eléctrico. Generalmente, estos contadores se basan en una medida común como es el kilovatio, siendo un componente imprescindible en numerosas viviendas durante los últimos años.

El referente del primer contador eléctrico tuvo lugar a principios del siglo XX con motivo de la aparición del transporte eléctrico a nivel nacional.

Diferencia entre contadores eléctricos

El mundo de la energía eléctrica engloba estos diferentes contadores de luz:

  • Analógicos: Los contadores eléctricos más tradicionales contiene un visor donde se ubica un disco con una marca roja que gira de forma proporcional a la corriente consumida. Sin embargo, también existen otros tipos como, por ejemplo, contadores que permiten la lectura con relojes que cifran el consumo a través de un número de cuatro dígitos.
  • Digitales: La principal diferencia entre los contadores de luz análogicos y los digitales reside en la forma de registrar el consumo. Mientras los analógicos suman la energía consumida en un determinado período, el digital contiene un registro por cada hora. Diferencias aparte, el contador digital es aquel que permite medir el consumo en tiempo real, lo cual facilita la diferenciación entre tipos de tarifa en función de la discriminación nocturna, horas punta, etc.
  • Telegestión: Si bien los contadores digitales suponen la versión más contemporánea de los contadores eléctricos, los de telegestión van un paso más allá. Este tipo de contadores funciona a partir de potencias iguales o menores a 15 kW y el objetivo es pagar solo por el alquiler del contador, además de registrar las lecturas a distancia del consumo horario pero, especialmente, potenciar un consumo inteligente al contabilizar el precio por cada hora un día antes. Esto cual facilita una lectura estimada y, por ende, una mayor eficiencia energética.