La eficiencia energética es aquel uso que realizamos de un aparato, instalación o proceso que permite consumir una cantidad de energía mucho inferior a la media. En un mundo donde el camino hacia un futuro sostenible es cada vez más firme, el papel de la eficiencia energética es clave para alcanzar el objetivo.

En este panorama, las energías renovables juegan un papel determinante, ya que además de nutrirse de recursos ilimitados, permiten proteger el medio ambiente sin renunciar a un uso equiparable al de combustibles fósiles como el petróleo.

Como ejemplo de eficiencia energética aplicada al ámbito doméstico, podríamos hablar de una lavadora que permite lavar la misma cantidad de ropa que antes usando menos energía o, incluso, de una vivienda completa e inteligente. En este segundo caso entrarían en juego desde la potencia contratada hasta los hábitos personales pasando, incluso, por la propia orientación de la casa.

Ventajas de la eficiencia energética

La eficiencia energética engloba diferentes ventajas tanto de carácter medioambiental como económico:

  • Permite consumir menos energía sin renunciar al resultado.
  • Reduce la emisión de CO2 procedente del consumo de combustibles fósiles. Respecto al aspecto económico.
  • Reduce el precio de las facturas de luz o gas apostando por energías alternativas igual de potentes pero de tarifa o presupuesto más reducidos.