El efecto fotovoltaico es aquel que se produce por generación a partir de una fuerza electromotriz existente entre dos piezas de material diferente que se mantienen en contacto y quedan expuestas a la luz del sol, fuente de energía renovable a partir de la radiación electromagnética.

Por decirlo de una forma resumida, el efecto fotovoltaico es aquel que nace de la conversión de luz solar en energía eléctrica a través de las células fotovoltaicas presentes en los famosos paneles solares.

¿Cómo se produce el efecto fotovoltaico?

Los paneles solares se conforman de los llamados átomos de silicio. El efecto fotovoltaico es el resultado del impacto de un fotón con uno de los electrones de estos átomos a partir de la radiación solar y sus partículas de luz. Si el electrón consigue superar la fuerza de atracción del núcleo, el mismo se “libera” del átomo, convirtiéndose en conductor (es decir, que permite producir energía eléctrica).

Al liberarse, el electrón dejará espacio para el siguiente, dando como resultado un movimiento definido como “carga eléctrica”, el cual nutre un sistema de energía renovable, en este caso de energía solar.

El efecto fotovoltaico supone el motor de una energía solar que aporta numerosos beneficios: desde la reducción de la dependencia energética de combustibles hasta la reducción de impacto negativo en el medio ambiente o su carácter, en principio, ilimitado, una de las principales virtudes del marco de energías renovables.