Tal y como su nombre indica, la potencia contratada es aquella cantidad de energía que se puede utilizar para conectar aparatos eléctricos sin que se salten los plomos.

El factor principal de esta potencia puede variar en función de las diferentes necesidades del hogar o el número de personas que cohabitan en un determinado espacio.

Esta cantidad influirá notablemente en la potencia contratada y, por ende, incrementará el precio final de la factura de la luz.

Consejos para contratar la potencia adecuada

A la hora de decantarse por una u otra potencia son muchos los factores a tener en cuenta, especialmente si tu tarifa es de menos de 15 kW:

  • Compra un medidor: Estos aparatos permiten medir el consumo eléctrico de un electrodoméstico y descubrir cuánto influye en el consumo total y el coste total.
  • Contrata un estudio: Puedes contratar un conocido como estudio de optimización de potencia a fin de localizar con mayor facilidad los diferentes aspectos que influyen en la potencia y, de esta forma, recibir una mayor orientación a la hora de decantarse por una.
  • Enciende todo: Un truco consiste en encender de forma progresiva todos los aparatos de la casa, desde el televisor hasta el ordenador, pasando por la lavadora. Si al hacerlo, los plomos no saltan, posiblemente signifique que tienes contratada una potencia mayor a la que necesitas y puedes bajar de nivel en cualquier momento.