¿Qué son y qué ventajas tienen las energías limpias?

El cambio climático, como otras crisis parecidas ocurridas en el pasado, ha puesto de relieve la necesidad de modificar en un tiempo récord la manera de relacionarnos con el planeta y de consumir sus recursos de formas responsables y limpias. No solo aprovechando aquellas energías que tienen ventajas incuestionables como fuentes inagotables de consumo, sino sobre todo transformando nuestros hábitos e invitando a los demás a que lo hagan con la mayor velocidad posible.

Es seguro que a lo largo de los últimos años hemos escuchado todo aquello de que es necesario adoptar este tipo de soluciones en todos los ámbitos de nuestra vida, tanto en el hogar, como en movilidad y por supuesto en el trabajo. Cualquier granito que aportamos a la causa de la sostenibilidad y las cero emisiones estará ayudando a que el futuro de las siguientes generaciones esté garantizado y, ese papel, casi de manera exclusiva, le corresponde a las llamadas "energías limpias".

Diferencia entre energía limpias y renovables

Esa conciencia que debemos adquirir todos a la hora de consumir de forma responsable nos ha traído una serie de conceptos que, en ocasiones, se utilizan como si fueran sinónimos cuando existen, en realidad, muchas diferencias entre ellos. Es el caso de lo que muchas personas entienden que son las "energías limpias" frente a las "energías renovables". Dos fuentes de consumo que pueden ir de la mano y, al revés, ser completamente incompatibles cuando se trata de garantizar la sostenibilidad a la hora de impulsar nuestros coches, inyectar luz en nuestras casas o calor en el agua con la que nos duchamos. Así que lo mejor es aclarar qué es una "energía limpia" y otra "renovable".

La primera es aquella que no efectúa emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera por lo que es posible considerarla como "climáticamente neutral". Cualquier vehículo, sistema de calefacción o industria que recurra a estas tecnologías podrán sentirse orgullosos de no dejar ninguna huella de carbono en el desempeño de su actividad diaria. Estas "energías limpias", por tanto, son las que de verdad debemos adoptar de cara a combatir ese cambio climático que se está produciendo en nuestro planeta.

Ahora bien, cuando hablamos de "energías renovables" lo estamos haciendo en referencia a aquellas cuya materia prima es virtualmente ilimitada, no tiene fin y, por lo tanto, no podemos esperar que se agote jamás, sean estas limpias o no. Por lo tanto, pueden existir recursos que es posible considerar como "energías renovables" pero que emiten gases de efecto invernadero, por lo que no pueden catalogarse como limpias. Y al revés, energías limpias que no ofrecen una fuente de recolección inagotable y por lo tanto nunca serán renovables.

Factura de la luz - precio para cada cliente

Un caso claro de una energía limpia y renovable es la eólica, que cuenta con una fuente inagotable como es el viento y que al convertirse en electricidad no produce emisiones de ningún tipo que acaben en la atmósfera. O al revés, energías renovables que no pueden ser etiquetadas como limpias porque producen, al quemarse, residuos que llegan a la atmósfera y favorecen el efecto invernadero: es el caso de la biomasa que se obtiene de la madera, y que muchos llegan a defender por no ser tan contaminante como otras alternativas ligadas a los combustibles fósiles.

Tipos de energías limpias

Por todo lo anterior, y cuando hablamos de luchar contra el cambio climático, nos referimos en realidad a adoptar el uso de energías exclusivamente limpias, sean o no renovables. Y dentro de esta categoría encontramos siete grandes tipos: solar, eólica, hidroeléctrica, biogás, biomasa, mareomotriz y geotérmica.

  • Solar: la fuente de energía proviene del sol, por lo que es limpia y renovable, por lo que podemos esperar un suministro ininterrumpido durante millones y millones de años
  • Eólica: es de las que más se han desarrollado en los últimos años y su energía proviene de los vientos que se producen en aquellas zonas de especial incidencia de estas corrientes
  • Hidroeléctrica: es el tipo de energía limpia que se genera a través de presas, aprovechando la fuerza del curso de los ríos. En nuestro país, del total de energía que se consume, un 15% se corresponde con este tipo de fuente, también conocida como hidráulica
  • Biogás: este recurso se obtiene a partir de los residuos sólidos y orgánicos que mezclan metano (en uno 50-70%), dióxido de carbono y otros gases. Esta fuente de energía limpia ayuda a reducir la presencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera
  • Biomasa: se trata de una energía que conjuga su condición de limpia con la de renovable ya que procede de la reutilización de desechos y materias que están presentes de forma prácticamente ilimitada en la naturaleza. Es el caso de la biomasa natural (ramas, coníferas, leñas, etc.), la residual (basuras urbanas y ganaderas, restos orgánicos, agrícolas, etc.) y la seca y húmeda, que se caracteriza por extraer sustancias de entornos cuyo mayor porcentaje se corresponde con agua. Muchos consideran la biomasa que se obtiene de la madera una "energía limpia" a pesar de las tasas de gases de efecto invernadero que emite a la atmósfera, que son muy inferiores a las de otras fuentes de origen fósil. Además, su explotación conlleva la obligación de reforestar nuevas superficies que se encargan de absorber ese CO2 por lo que, técnicamente, no deja ninguna huella de carbono en el planeta
  • Mareomotriz: este fuente de energía aprovecha la fuerza de las mareas y las olas para generar energía eléctrica y es tanto limpia como renovable, lo que la convierte en una alternativa más que interesante al mismo nivel de la solar o la eólica
  • Geotérmica: esta energía aprovecha el calor que se genera en la capas inferiores de la corteza terrestre para generar energía y transformarla en electricidad
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