La instalación eléctrica es algo que tenemos en común todos los hogares, algo de uso cotidiano que tenemos naturalizado y aunque está ahí y lo usamos todos los días, pasa desapercibido para la mayoría de los mortales, que desconocemos su funcionamiento. Y puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza si empieza a fallar. Esto significa que podemos tener una avería. Identificar y arreglarla es vital sobre todo ahora que llega el invierno y la mayoría de nuestros dispositivos dependen de la energía eléctrica. Vamos a analizar las causas más comunes y sus posibles soluciones. Te contamos todo lo que debes saber sobre averías eléctricas.
Tipo de averías eléctricas
Aunque el servicio no se interrumpa de forma continuada y no nos quedamos sin suministro, podemos estar sufriendo una avería ya sea de la red o en la instalación eléctrica de nuestra casa. Localizar la avería eléctrica y resolverla lo antes posible es primordial para nuestra seguridad y el buen funcionamiento de la misma. Estas averías no sólo pueden suponer un coste económico, algunas pueden llegar a costarnos la vida si no se solucionan a tiempo.
Una de las averías más comunes son las subidas de tensión, estas provocan la sobrecarga de la red y hacen que como comúnmente decimos, se salten los plomos. Esto sucede cuando ponemos en marcha varios aparatos eléctricos a la vez, y estos sobrepasan la potencia contratada. El aumento de la tensión activa los fusibles y se produce el corte del suministro.
Los hogares en los que disponen de termos eléctricos para el agua caliente es algo que puede ocurrir con frecuencia. Las averías eléctricas en estos dispositivos fitosanitarios hacen saltar el diferencial en el cuadro eléctrico. Esto se produce al contacto de las resistencias eléctricas con el agua, aunque también puede deberse a otras causas. Por lo que debemos acudir a un electricista en busca de soluciones.
Para mantener en buen estado la instalación las labores de mantenimiento son totalmente necesarias. Algo que por desgracia no aplicamos en el día a día y de lo que sólo nos acordamos cuando nos da problemas. Esto es lo que sucede a menudo con la instalación eléctrica de nuestro hogar, el deterioro y en envejecimiento de los cables de distribución son los responsables de gran parte de las averías eléctricas.
Siguiendo esta línea, estas también tienen su origen en la pérdida de aislamiento de la corriente, esto hace que no protejan como es debido la instalación, algo muy común en electrodomésticos antiguos. Fácilmente reconocible, por los calambres que sufrimos al tocar un enchufe o aparato eléctrico.
Una de las averías eléctricas que podemos sufrir en nuestro hogar y que puede poner en riesgo nuestra integridad y la de nuestra vivienda son los cortocircuitos. Son varias las causas por las que se pueden dar, entre las que se encuentran el envejecimiento y deterioro del cableado, o incluso si tenemos varios aparatos conectados a un mismo enchufe, por el sobrecalentamiento del mismo. Algo que puede provocar un incendio.
Localizar la avería y repararla
A estas causas de averías debemos añadir aquellas de carácter general y que no sólo afectan al interior de nuestra casa. Los fallos en la red eléctrica son comunes, estos son ajenos a nosotros y pueden tener su origen en un accidente de cualquier tipo o las inclemencias del tiempo. Aunque no se trate en sí de una avería, los cortes programados también nos dejan sin servicio eléctrico. Estos se hacen de forma controlada por la compañía y generalmente son usados para realizar labores de mantenimiento o mejora del servicio.
Hemos hablado largo y tendido de las posibles causas de las averías comunes, ahora toca poner solución a estos problemas. Para poder ponerles solución, lo primero que debemos hacer es identificar el problema, esto dependerá de lo que nos estemos enfrentando.
Cuando la avería se localiza en un electrodoméstico y es del cableado, estos suelen manifestarse saltando el diferencial. Para averiguar en qué fase del sistema está el problema, bajaremos todos los plomos e iremos subiendo uno a uno hasta dar con el que hace saltar el general. De modo que podemos dejarlo bajado hasta reparar la avería sin afectar al resto de la instalación.
Para el deterioro de la instalación lo más recomendable es llevar labores de mantenimiento cada cierto tiempo y renovar los cables, sobre todo aquellos por los que transita más cantidad de energía, como pueden ser los enchufes del horno y otros electrodomésticos como el lavavajillas o el frigorífico. Si se trata de un cortocircuito evita enchufar demasiados dispositivos a una toma de corriente, en su lugar utilizar torres de carga o regletas homologadas.
En el caso de una subida de tensión, lo primero será desenchufar los electrodomésticos con mayor consumo, dirigirnos al cuadro eléctrico, bajar todos los plomos y esperar unos segundos. Hecho esto, comenzaremos a subir los interruptores de derecha a izquierda, dejando para el final el interruptor general. Si no recuperamos el suministro será el momento de ponernos en contacto con un profesional. Lo mejor siempre es acudir a un electricista, él nos ayudará a localizar la avería rápidamente y le dará solución de forma rápida y segura.
