Considerada como la energía renovable más potente del mundo, la biomasa es una materia orgánica concebida como fuente de energía. Tal y como su nombre indica, la biomasa se conforma de diferentes agentes formados durante determinados procesos biológicos como pueden ser las aguas residuales de una depuradora, restos vertidos por fábricas o cáscaras de frutos secos, entre otros ejemplos.
Ventajas de la biomasa
La biomasa es una de las alternativas renovables más consolidadas gracias a las muchas ventajas que ofrece. Estas son las más potentes:
- Es renovable: Al obtenerse de fuentes de energía inagotables e indirectas, la biomasa ofrece numerosas posibilidades en el sector de las renovables.
- Respeta (y cuida) el medio ambiente: La biomasa se nutre de aquellos procesos que, curiosamente, más pueden perjudicar a cualquier entorno, motivo por el que no solo respeta el medio, sino que lo protege.
- Precio menor: La biomasa es cuatro veces más económica que otros combustibles como el carbón o el petróleo.
Procesos de transformación de la biomasa
- Combustión: La biomasa se consume a altas temperaturas e índices de oxígeno a fin de aportar calor en cualquier entorno.
- Pirólisis: La biomasa es sometida a temperaturas en torno a los 500º y sin oxígeno. De esta forma se consiguen productos como carbón vegetal e hidrocarburos.
- Digestión anaerobia: Este proceso utiliza microorganismos que degradan las moléculas a compuestos de mayor densidad de energía. Es especialmente recurrente en entornos agrarios, concretamente en la degradación de excrementos de animales.
- Gasificación: La biomasa se somete a temperaturas altas limitadas de oxígeno. Si se utiliza aire, se obtiene gas para producir electricidad; si es oxígeno, se obtiene gas de síntesis.