Una fluctuación de tensión es un cambio regular de voltaje que ocurre cuando se utilizan dispositivos o equipos que requieren una carga mayor. Los efectos de una fluctuación de voltaje son similares a los efectos de una subtensión. Por ejemplo, hace que las luces de una pantalla parpadeen o brillen más.

Además, las fluctuaciones de tensión pueden hacer que los sistemas informáticos pierdan datos, además de interferencias en televisores o radios.

Algunas zonas como, por ejemplo, las áreas rurales pueden experimentar fluctuaciones de tensión eléctrica dramáticas debido a las largas líneas eléctricas. Estas líneas eléctricas pueden hacer que el voltaje baje cuando el uso de energía en la zona es alta. Esta situación es también aplicable al hecho de, por ejemplo, usar una ducha en el segundo piso de una casa. Cuando alguien abre el grifo del fregadero del primer piso, la ducha del segundo piso puede quedarse sin agua.

¿Cómo se gestiona una fluctuación de tensión?

Las fluctuaciones de tensión se pueden gestionar mediante el uso de un regulador de tensión. También se puede utilizar un sistema de suministro de energía ininterrumpida (UPS) o dispositivos de acondicionamiento para reducir los efectos de este problema de energía común.