Una fuga de corriente, también conocida como fuga eléctrica, se refiere a un fallo en la instalación de la luz mediante el que la corriente sale del circuito eléctrico. Este error en la circulación eléctrica provoca que la calidad de la misma disminuya, con un aporte menor de electricidad a los aparatos que la necesitan.

Además, una fuga de corriente conlleva una pérdida de electricidad incluso cuando los dispositivos eléctricos están apagados, siendo un fallo de gravedad e importancia que precisa una solución rápida.

¿Qué ocasiona una fuga de corriente?

Algunas de las causas que pueden provocar una fuga de corriente son las siguientes:

  • Mala instalación eléctrica: se trata de la razón más habitual ante este tipo de fallos. Hay veces que un ahorro en la instalación de los suministros eléctricos conlleva el uso de materiales de baja calidad y esto a largo plazo provoca posibles fugas por defectos en los componentes.
  • Aislamiento defectuoso de los cables del circuito eléctrico por el paso del tiempo: también puede ocurrir que el paso de los años desgaste el alambre que recubre los cables y los protege de posibles fugas.
  • Cables sueltos en las conexiones eléctricas: hay veces que dentro de la instalación eléctrica se ha producido algún corte de cable o desgaste del mismo, provocando que quede dañado el circuito eléctrico.
  • Cables en mal estado en algunos aparatos eléctricos: puede que el problema no esté en la instalación eléctrica y se halle en los cables de los electrodomésticos o dispositivos eléctricos.

¿Cómo detectar y solucionar una fuga de corriente eléctrica?

Si se percibe un fallo o mala calidad del suministro eléctrico, se deberá de comprobar la instalación y verificar que todo está en perfecto estado.

Para ello, se recomienda seguir los siguientes pasos para saber si hay una fuga de corriente eléctrica en nuestro hogar, local comercial u oficina.

  • Apagar todas las luces y aparatos eléctricos.
  • Desconectar todos los dispositivos de la corriente eléctrica.
  • Comprobar el contador eléctrico.

En el caso de que el contador registre actividad eléctrica, estaremos ante una fuga de corriente eléctrica y debemos acudir a un electricista para que compruebe de dónde viene el fallo para poder solucionarlo a tiempo.

Si el contador no consume tras haber seguido los pasos anteriores, el problema podría estar en un mal estado del cableado de los electrodomésticos o dispositivos que tengamos. Para ello, tendremos que comprobar uno por uno para ver si hay algún cable defectuoso.

Consecuencias de las fugas de corriente

Una fuga de corriente puede tener consecuencias devastadoras que recaen sobre la seguridad y sobre el rendimiento de la instalación eléctrica. Estos son los efectos más reseñables.

  • Descargas eléctricas: una fuga de corriente puede generar descargas eléctricas que en caso de alcanzar a una persona queda expuesta a daños físicos importantes.
  • Incendios: el calor provocado por una fuga de corriente en zonas en las que se encuentran materiales inflamables puede llevar a la generación de incendios.
  • Daños en dispositivos: hay casos en los que la fuga de corriente alteraría el funcionamiento de los dispositivos electrónicos. Además, hay veces en las que esos daños se manifiestan a largo plazo.
  • Mala gestión de la energía: una fuga de corriente provoca que los artefactos electrónicos consuman energía, aunque estén apagados, pero, además, la corriente fugada no tiene un uso y eso provoca que aumente la factura de la luz sin que haya un consumo.
  • Incremento de las temperaturas de los cables: cuando se producen fugas de corriente, los cables se sobrecalientan y eso daña sus propiedades aislantes. Por lo tanto, el riesgo de que haya incendios o cortocircuitos es mucho mayor.

¿Cómo prevenir una fuga de corriente?

Las fugas de corriente son totalmente evitables, pero para ello hay que tomar una serie de medidas que parten del mantenimiento profesionalizado de la instalación eléctrica. A partir de aquí aparecen acciones muy concretas que son esenciales.

  • Protecciones contra elementos atmosféricos: proteger los cables es fundamental, para ello es recomendable usar cajas de conexiones o cables que estén cubiertos con materiales resistentes que les protejan. Esto permite que queden blindados ante inclemencias como la humedad.
  • Prevenir las sobrecargas: este punto es alcanzable evitando conectar demasiados aparatos a un único circuito. Con esta medida el sistema no se sobrecarga y se evitan las fugas.
  • Concienciación: es importante que los usuarios estén informados sobre la utilización segura de los dispositivos electrónicos.
  • Actualizar y revisar las instalaciones eléctricas: las instalaciones eléctricas antiguas deben ser revisadas con cierta frecuencia para tener las garantías de que se adaptan a las normativas actuales.
  • Instalar interruptores diferenciales: este tipo de interruptores resultan muy útiles porque son capaces de detectar las fugas y cortar el suministro eléctrico cuando eso ocurre. Esto es fundamental para prevenir accidentes.
  • Contar con materiales de calidad: tener cables y dispositivos que muestren unos estándares altos de calidad, mejora el funcionamiento de la instalación y aleja fenómenos como las fugas.

Una instalación eléctrica bien supervisada y protegida reduce las posibilidades de que se produzca una fuga de corriente. Además, presenta un funcionamiento muy eficiente. Por otro lado, si esto se complementa con planes como una tarifa fija, se alcanza la tranquilidad de saber que la cuota mensual se mantiene estable y que es revisada cada 6 meses.