La instalación interior de una vivienda conforma una serie de circuitos formados por el llamado conductor de fase, un neutro y otro de protección. Por ese motivo, este tipo de instalación cuenta con ciertas peculiaridades, ya que se realizan de una forma distinta a las instalaciones exteriores.

Tipos de instalaciones interiores

Las instalaciones interiores parten desde un cuadro general de distribución a fin de alimentar cada uno de los puntos de consumo dentro del edificio. Un esbozo dividido a su vez en los siguientes tipos de instalación eléctrica interior:

  • Instalación empotrada: Es aquella instalación interior que se realiza con un tubo corrugado de PVC y se realiza directamente en yeso.
  • Instalación sobre falso techo: Se ubica bajo un tubo corrugado, al igual que en las empotradas, si bien en este caso van grapadas al techo de obra.
  • Instalación bajo suelo flotante: A pesar de ser difícil en su instalación, este tipo de instalación es ideal para grandes edificios de oficinas, los cuales suelen contar con altos suelos de pavimento que permiten instalar los diferentes conductores a través de canales especiales.

¿Qué hay que tener en cuenta en una instalación eléctrica interior?

Una instalación interior eléctrica tiene que cumplir con una serie de requisitos normativos y técnicos que le lleven a funcionar con todas las garantías. Estos son los aspectos esenciales.

  • Cumplir con las normativas actuales: para poner en marcha estas instalaciones es necesario conocer el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, así como otras normativas que se aplican.
  • Diseño: antes de que la instalación eléctrica interior funcione se debe presentar un plano detallado en el que aparezcan elementos como los enchufes, los interruptores o la ubicación de los circuitos.
  • Materiales seleccionados: los materiales escogidos tienen que cumplir con las garantías de seguridad establecidas y contribuir a que la instalación tenga una vida útil lo más larga posible.
  • Elementos de protección: es imprescindible que estas instalaciones cuenten con artefactos como interruptores o protectores que blinden a los usuarios ante cualquier fallo eléctrico.
  • Periodicidad de las revisiones: una instalación interior eléctrica tiene que recibir inspecciones regulares, sobre todo si se trata de una instalación antigua. Esto sirve para prevenir contratiempos o accidentes. Siguiendo esta línea es fundamental tener en cuenta la antigüedad de la vivienda.
  • Temperatura estable: este último aspecto está sujeto a diferentes factores entre los que se encuentran la actividad de los consumidores. Se basa en la recomendación de tener la vivienda a una temperatura constante.

¿Cuánto cuesta poner una instalación eléctrica?

Los precios por poner una instalación eléctrica varían entre los 750€ y los 5.000€. La cuantía final depende de aspectos como el tamaño de la vivienda, los materiales que se usen, la ubicación de la instalación o la complejidad que requiera el proyecto. Una vez instalada, el usuario es el que efectúa acciones como la contratación de la potencia eléctrica o el uso diario eléctrico. Estos últimos aspectos son los que repercuten en la factura.