Todo hogar, negocio o inmueble cuenta con un acceso a una corriente eléctrica, pero cada una se nutre de una potencia diferente. De esta forma, la potencia eléctrica es la proporción por unidad de tiempo mediante la que la energía eléctrica es transferida a través de un circuito. En este caso, la unidad de este proceso es el vatio (W). A partir de esta unidad, encontramos otros como el kilovatio (kW) o megavatio (MW).

Tipos de potencia eléctrica

Además de su definición global, la potencia eléctrica también engloba diferentes tipos. Son los siguientes:

  • Potencia activa: Este tipo de potencia es sinónimo de la llamada “potencia útil”, la cual hace alusión a aquella potencia que realmente se aprovecha cuando activamos un equipo o instalación eléctrica. A su vez, la potencia activa se corresponde con la potencia contratada, registrada por los contadores.
  • Potencia reactiva: A diferencia de la potencia activa, la reactiva es aquella consumida por transformadores u otros dispositivos similares que se nutren de un tipo de bobina a fin de crear un campo electromagnético a través de unidad VAR (Vatio Amper Reactivo) y su múltiplo, el kVAR.
  • Potencia aparente: La potencia aparente es aquella que se obtiene a través de un teorema de Pitágoras, el cual consiste en sumar los valores de la potencia reactiva (representada como Q) y la potencia activa (representada como P), posteriormente elevados al cuadrado.