Un sistema de protección se utiliza en el sector eléctrico para proteger y evitar posibles errores o destrucciones de instalaciones o equipos. Los sistemas de protección aíslan la zona donde se ha originado el fallo con el fin de evitar la expansión del error y la aparición de consecuencias más graves. De esta forma se consigue minimizar el riesgo de dañar otras partes del equipos eléctrico correspondiente.

De esta forma, la función de un sistema de protección es fundamental para erradicar el mal funcionamiento del sistema eléctrico y proveer información detallada sobre el fallo y su localización.

Objetivos de los sistemas de protección

La utilidad de los sistemas de protección se vuelven hoy más indispensables que nunca, especialmente cuando existen numerosas razones para fomentar la protección y conseguir el cumplimiento de sus objetivos generales, que son:

  • Proteger a las personas y los equipos ante fallos o errores de los mismos.
  • Reducir la influencia del fallo sobre los equipos.
  • Vigilancia ininterrumpida.
  • Detectar, analizar, eliminar y monitorear fallos.