Una central eléctrica es aquella instalación que convierte la energía mecánica obtenida a través de diferentes fuentes de origen en energía eléctrica. Por mencionar un ejemplo, la energía mecánica es aquella que procede de cualquier proceso de transformación de la energía de las olas, el agua de un embalse, la combinación de agua y carbón, etc.
En cualquier caso, la presencia de las centrales eléctricas se divide en aquellas que queman combustibles como el carbón o el petróleo, mientras otras se decantan por energías renovables como la eólica, la solar o la undimotriz.
¿Cómo funciona una central eléctrica?
A nivel general, toda instalación de una central eléctrica gira en torno a uno o varios generadores eléctricos, máquinas giratorias que transforman la potencia mecánica en eléctrica. Al contar con un movimiento establecido entre un campo magnético y otro conductor, estos artefactos son capaces de crear una corriente eléctrica.
Concretamente, el proceso de conversión de energía mecánica en energía eléctrica parte de la intervención de los generadores eléctricos que, a su vez, se componen de dos piezas. El estátor y el rotor.
El estador es un cilindro mecánico y hueco que tiene una forma muy similar a la de un cañón. Por otro lado, en su superficie interior hay unas ranuras que contienen una bobina de cobre que está interconectada. En lo que respecta al rotor, es un eje macizo que gira en el interior del estátor y que también tiene una superficie con ranuras en las que hay una bobina de cobre interconectado.
Esa bobina actúa como un electroimán en el momento en el que se le aplica una corriente eléctrica continua que procede de otro equipo que tiene el nombre de excitatriz. Tanto la turbina, como el alternador, como la excitatriz, están situados en línea y tienen el mismo eje de rotación.
A partir de ahí, para que se produzca el funcionamiento de una central eléctrica, el rotor tiene que presentar velocidades que oscilan entre las 1.500 y los 3.000 rpm. Ese rotor es impulsado por el eje de la turbina y genera una corriente provocada por los hilos de cobre que se encuentran en el interior del estátor. Estas corrientes aportan al generador una fuerza electromotriz que es la que puede aportar energía eléctrica.
Tipos de centrales eléctricas
En estos momentos se localizan 5 grandes tipos de centrales eléctricas, la diferencia entre ellas se sitúa en las modalidades de energía que emplean para generar electricidad. No hay que olvidar que la generación de electricidad es esencial para el abastecimiento doméstico y encontrar tarifas de luz al mejor precio es fundamental para los hogares medios.
Centrales eléctricas térmicas
Este tipo de centrales también reciben el nombre de centrales térmicas de combustión y se caracterizan porque se alimentan de combustibles como el petróleo, el gas natural o el carbón. Su funcionamiento se basa en la generación de vapor que mueve la turbina que termina generando electricidad.

Centrales eólicas
Este tipo de centrales se diferencian de otras por usar la fuerza del viento para que giren las aspas de un aerogenerador. Ese giro es el que lleva a la generación de electricidad.
Centrales solares
El rasgo diferencial de estas centrales es que recurren a la energía solar. Para ello se valen de paneles solares que aportan corriente continúa utilizando el efecto fotoeléctrico que se desarrolla en sus células solares. En este sentido también destacan las centrales termosolares que emplean la energía solar para aumentar la temperatura de un fluido. Posteriormente, ese fluido genera un vapor que mueve la turbina y aporta corriente eléctrica.
Centrales hidroeléctricas
Este tipo de centrales eléctricas usan la energía cinética del agua cuando se mueve. La finalidad es que esa agua en movimiento active una turbina que lleva a la generación de corriente eléctrica.
Centrales mareomotrices
Las centrales mareomotrices son los espacios en los que la energía que procede de las mareas del mar se transforma en energía eléctrica. En estas instalaciones aparecen diques y turbinas que se ubican en las bahías o en los estuarios de los ríos.

El impacto de las centrales eléctricas en el medio ambiente
Durante las últimas décadas se han confirmado los muchos efectos que la presencia de una central eléctrica provoca en el medio, siempre en función del tipo de energía que trabaje. Por ejemplo, las centrales eléctricas de energía nuclear provocan numerosos residuos radioactivos que vierten en la atmósfera, mientras que las centrales térmicas generan emisiones de dióxido de carbono que provoca el temido efecto invernadero o fenómenos como la lluvia ácida.