Una central eléctrica es aquella instalación que convierte la energía mecánica obtenida a través de diferentes fuentes de origen en energía eléctrica. Por mencionar un ejemplo, la energía mecánica es aquella que procede de cualquier proceso de transformación de la energía de las olas, el agua de un embalse, la combinación de agua y carbón, etc.

En cualquier caso, la presencia de las centrales eléctricas se divide en aquellas que queman combustibles como el carbón o el petróleo, mientras otras se decantan por energías renovables como la eólica, la solar o la undimotriz.

¿Cómo funciona una central eléctrica?

Toda instalación de una central eléctrica gira en torno a uno o varios generadores eléctricos, máquinas giratorias que transforman la potencia mecánica en eléctrica. Al contar con un movimiento establecido entre un campo magnético y otro conductor, estos artefactos son capaces de crear una corriente eléctrica.

El impacto de las centrales eléctricas en el medio ambiente

Durante las últimas décadas se han confirmado los muchos efectos que la presencia de una central eléctrica provoca en el medio, siempre en función del tipo de energía que trabaje. Por ejemplo, las centrales eléctricas de energía nuclear provocan numerosos residuos radioactivos que vierten en la atmósfera, mientras que las centrales térmicas generan emisiones de dióxido de carbono que provoca el temido efecto invernadero o fenómenos como la lluvia ácida.