Qué es la tarjeta RFID del coche eléctrico y cómo funciona

Ver coches eléctricos recorriendo las calles de nuestras ciudades se ha convertido en algo habitual. El precio de los carburantes y el cuidado del planeta son las principales razones por las que cada vez más usuarios se deciden a cambiar su vehículo por uno eléctrico. Unos vehículos donde el RFID en las tarjetas de recarga es clave en el día a día, os contamos cómo funciona.

Para hacer uso de un coche eléctrico recargable debemos hacer un cambio de mentalidad y acostumbrarnos a una nueva forma de repostar. Y no siempre nos encontramos cerca de nuestro punto de recarga, este suele estar ubicado si tenemos garaje comunitario en sus instalaciones o si se trata de una vivienda unifamiliar en el garaje o en el lugar que tengamos habilitado para este.

Es por ello que a menudo tengamos que hacer uso de puntos de recarga o electrolineras que nos suministran la energía necesaria para cargar nuestras baterías. Pero, aunque podamos llegar a creer que estas recargas son gratuitas, ya que los usuarios de estos coches, simplemente llegan, enchufan sus vehículos y comienzan a cargar, lo cierto es que estamos muy equivocados, en realidad se realiza el pago, pero sin necesidad de hacerlo de forma física. Simplemente utilizando para ello la tecnología RFID.

Para recargar las baterías debemos disponer de una tarjeta RFID que nos identifique de forma rápida y segura en los puntos de recarga. A continuación, te contamos qué son estas tarjetas y cómo usarlas en la recarga de nuestro vehículo eléctrico.

RFID son las siglas de Radio Frequency identification o identificación por radio frecuencia en castellano. Se trata de un sistema de identificación basado en este sistema por el cual sin necesidad de conectarnos a ningún dispositivo de forma física a través de cable o conector podemos identificarnos.

De forma que se agilizan mucho los trámites a la hora de acudir a una electrolinera o acercarnos a un punto de recarga, ya que no será necesario ni siquiera pasar por caja. Simplemente usando este sistema y utilizando como método de pago este tipo de tarjeta. Bien registrando el gasto para su posterior abono o descontándolo del saldo almacenado en la misma.

Tecnología RFID y su Aplicación en la Recarga de Coches Eléctricos

Como en otros aspectos de nuestra vida, la tecnología inalámbrica es la mejor solución para ofrecer un servicio rápido, cómodo y seguro. Hemos visto cómo la aplicación de otras tecnologías inalámbricas como el Bluetooth nos permite conectar nuestros dispositivos cercanos sin necesidad de cables. En esta ocasión los datos se transmiten por radio frecuencia, por lo que nos proporciona un mayor alcance y nos permite la identificación de los vehículos sin necesidad de introducir datos ni confirmación alguna por nuestra parte.

Gracias a esta tecnología, a través del chip insertado en una etiqueta o una tarjeta física. Este recoge toda la información relativa al vehículo, como la matrícula, el saldo que disponemos para las recargas entre otros datos. Esta información es transmitida a través de ondas de radio recogidas por el sistema de identificación, utilizado en los puntos de recarga, lo cual permite identificarnos rápidamente sin necesidad de introducir estas tarjetas en ranura alguna, evitando el deterioro e incluso el vandalismo.

Conector de carga de un coche eléctrico.
Conector de carga de un coche eléctrico | Unsplash

¿Cómo Funciona una Tarjeta RFID?

Estas tarjetas incorporan una antena con la que pueden enviar y recibir información y peticiones vía radiofrecuencia. Estas emiten una señal que es recogida por los puntos de recarga en los que se encuentra un lector de RFID. De forma pasiva, ya que no requieren de alimentación interna, se comunican entre ambos dispositivos. Existen 4 tipos de radiofrecuencias.

  • Frecuencia baja o LF (125 ó 134,2 kHz)
  • Frecuencia Alta o HF (13,56 kHz)
  • Frecuencia ultraelevada o UHF (868 a 956 MHz)
  • Frecuencia de microondas (2,45 GHz)

La utilizada por la electrolinera es la de Frecuencia Alta o HF (13,56 kHz), y es tan sencillo como acercar nuestra tarjeta al lector en el punto recarga para que esta sea leída. Esto reduce el número de componentes con el que se fabrican y simplifica enormemente el proceso de recarga.

Aunque aún muchas compañías nos suministran las tarjetas RFID para acceder a sus servicios, es habitual hacer uso de aplicaciones para el móvil, con lo que no es necesario tener una de forma física. También podemos obtener un llavero RFID como el suministrado por Electromaps. Este tiene un coste de unos 15 euros con el que podremos recargar en casi cualquier sitio.

Además de las tarjetas RFID, tenemos otras opciones de carga inalámbrica, como es el caso de la tecnología NFC, muy presente en nuestros móviles lo cual la hace un poco más accesible para los usuarios. De manera que podemos utilizar nuestro móvil como medio de pago a la hora de recargar la batería de nuestro coche.

Independientemente del método de pago que usemos estas tarjetas suponen una forma cómoda y rápida de identificarnos sin necesidad de hacerlo a través de métodos físicos. Así que siempre nos acompaña en nuestro coche, no nos hará falta nada más para completar el repostaje.

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